El característico aspecto fantasmal de Real de Catorce, derivado del
éxodo de sus habitantes al extinguirse las actividades mineras en torno a las cuales
el lugar adquiría
vida,
poco a poco comenzó a cautivar a nuevos visitantes y peregrinos.
La reiterada búsqueda
de aquellos que encuentran en el silencio el elemento fundamental para encontrar sus paisajes más
íntimos, los reflejos de su interior, o simplemente, la exploración en soledad, porque
han
sabido reconocer en Real de Catorce el lugar idóneo para las largas caminatas, para el
pensamiento y la reflexión, para conquistar sus propias memorias, aunado a la tradición
cotidiana heredada de generación en generación de los pocos habitantes que ahí
se
perpetuaron, vigorizó la vida del lugar.
Sí. Llegaron de a poco, aunque ya
no en
búsqueda de la plata. La curiosidad inherente al ser humano, en esta ocasión, atrajo a
nuevos visitantes, interesados en conocer la historia de un pueblo que, entre algunos otros, apuntaló
la economía del país en el sector de la minería. Las ruinas adquirieron así
un nuevo valor: del olvido, al interés por ser conocidas y reconocidas en la historia, en el
pasado de un lugar que en algún momento tuvo una vida vigorosa, de mucha industriosidad, sí,
pero también de convivencia social, de costumbres, de puntos para la diversión, de
actividad comercial, de culto y misticismo.
Cada vez más, miles de visitantes,
provenientes de los más diversos rincones del país y del mundo, arriban año con
año
a Real de Catorce, un lugar cuya fama crece y se reproduce con rapidez. Si bien es cierto que los
medios
digitales e impresos hacen gran parte de esta tarea, también es verdad que esto sucede
gracias a
las experiencias transmitidas de viva voz por el visitante. De todo lo anterior dan cuenta los artículos
que plasman en imagen y en texto la belleza de esta singular población; los reportajes en
medios
de comunicación masiva; las producciones hollywoodenses que han quedado enmarcadas por el
paisaje
y la arquitectura vestigial del lugar, y que han ayudado a posicionar a Real de Catorce como un
punto
turístico por demás interesante y atractivo.
Sin embargo, la afluencia turística
aumenta peligrosamente. Sí, peligrosamente, puesto que el poblado carece de la cobertura
necesaria de servicios urbanos y de infraestructura adecuada para recibir al número
exponencial
de turistas y peregrinos. En consecuencia, los problemas ya existentes se multiplican también
y
han comenzado a amenazar el delicado y fino equilibrio que el paso del tiempo y el abandono
construyeron.
Es así que, ante la compleja situación que se acrecienta día
con día, personas originarias de este Pueblo Mágico ha tomado la iniciativa de
desarrollar
la ingente tarea de instaurar la Fundación Real de Catorce, para que líderes
nacionales y
del extranjero, así como todas aquellas personas interesadas en cooperar, aporten su
conocimiento, creatividad y esfuerzo, para generar, en conjunto con la Fundación, proyectos
que
aseguren la preservación y el enaltecimiento de Real de Catorce en su patrimonio arquitectónico,
su entorno natural y del resguardo de sus tradiciones místicas, culturales y tradicionales.
Misión
Dada la relevancia de Real de Catorce respecto de su pasado, en sus vertientes sociohistó rica, de riqueza tradicional, cultural y simbólica, la Fundación Real de Catorce, será la institución por medio de la cual se cristalice y materialice el equilibrio armónico entre su pasado y presente, a partir de tres directrices principales: el cuidado y la protección de su ecología; la conservación y, en lo posible, el rescate del paisaje arquitectónico; la potenciación de la cultura, tradiciones y folclore, como una forma de educación que genere conocimiento, turismo y colaboración con otras regiones, pero también como punto de partida de respeto a la memoria de un asentamiento con más de doscientos años de existencia.
Visión
Con el apoyo primordial de los habitantes de Real de Catorce; de las autoridades municipales, estatales y federales; de la Iniciativa Privada, así como de otras organizaciones no gubernamentales y del visitante, lograr la consolidación de Real de Catorce como un punto geográfico de interés turístico, que se destaque por la preservación de su biosfera en el cuidado de sus especies endémicas, vegetales y animales; por la debida preservación de sus vestigios arquitectónicos, patrimonio histórico universal; por el cuidado de la actualización urbana, acorde con las líneas estéticas pertinentes, y por el fomento de sus valores históricos, tradicionales, místicos y culturales.